Aquí
estoy en tu presencia, soy tu hijo José María.
Tiene
que haber sido para ti un trabajo inmenso ponerme en el camino de la Verdad. Me
he escondido siempre de todos, incluso me he escondido de mí mismo porque nunca
me he gustado. Siempre he pensado que estaba solo, abandonado a mi suerte; y de
pronto, circunstancias de tu amor, he visto tu mano tendida hacia mí
invitándome a iniciar de nuevo el Camino de la autentica Vida.
No
ha sido fácil ir desprendiéndome de la costra que me atenazaba, que me
sujetaba, que me ahogaba en un pantano oscuro y aunque todavía en el caminar
encuentro dificultades vislumbro en medio de la niebla el corazón de tu Hijo.
Pero
aquí estoy!!!, con fuerza, con ilusión, caminando con mis hermanos, cogidos de
la mano, corazón con corazón, luchando por el Reino de Dios, por la Justicia.
Ya no me importan las zancadillas, las calumnias, la incomprensión de los que
me rodean porque sé que tu estás ahí, dispuesta a levantarme cuando me caiga.
El
camino no es fácil, sabes cuanto sufro en muchas ocasiones, que yo me imaginaba
que el volver sería mas sencillo, pero me equivoqué el pasado sigue golpeando,
no hay momento que te recuerden lo que eras, pero no ven el que empiezo a ser ,
me juzgan sin conocerme solo por mi pasado, no soy muy bien aceptado entre
muchos por lo que cuentan sobre mi, pero madre solo tu sabes bien mis andaduras
todo cordero se aleja de su rebaño en alguna ocasión, lo mas importante es
volver a unirse.
Desde
que intento reconstruir mi alma y mi fe, estoy siendo puesto a prueba pero si
algo bello he obtenido es que con fe todo se puede hacer mas fácil, da igual
cuantas veces intenten alejarme, yo se lo que estoy haciendo y ahora que por
fin encontré la luz, no voy alejarme, he conseguido controlar todo el mal que
brotaba de mis entrañas, el odio, la ira, el rencor…
Solo
le pido Madre que me protejas sobre tu manto, déjame sentir tu calor, que es
sosiego de mi alma, paz que encuentra mi corazón. Nunca más volveré a alejarme
de tu lado. El camino se abre y la luz me ilumina, siento como mi alma es reclamada
por la llamada de Dios, pronto seré un pobre Caballero de Cristo, sentiré la
divina bendición, la pureza de mi alma y la renovación de mi fe, ya no mas sufrimientos
Madre, ahora estoy donde tu querías que estuviera, a tu lado defendiendo la
cristiandad, protegiendo a tus hijos de la estrecha observancia del Cister,
ahora me pondré a tu servicio y al de Dios para ayudar, servir y proteger.
Muchas gracias Madre por estar siempre
cuidándome.
Frey + Jose María Justicia