sábado, 3 de noviembre de 2012

SEGUIR LA PALABRA ES SEGUIR AL SEÑOR

Señor Jesús, tú nos repites aquí y ahora la Palabra llena de esperanza que nos conduce hacia el camino de la felicidad. Haz que lo emprendamos con la alegría humilde y consciente de quien se sabe amado y quiere amarte con todas sus fuerzas, a ti «el más bello entre los hijos del hombre», nuestra Bienaventuranza suprema.

Seguirte a lo largo del camino que nos indicaste en el monte refuerza en nosotros cada día el impulso, a fin de que tú crezcas en nuestro corazón hasta hacernos pura y amable transparencia de tu presencia en medio de los hermanos. Que no nos espanten las persecuciones y las incomprensiones, puesto que creemos que precisamente en el momento de la prueba experimentaremos tu amor, que nos asegura el pleno y total consuelo en la tierra de los humildes por los siglos sin fin. Amén.

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