SEGUIR LA PALABRA ES SEGUIR AL SEÑOR
Señor
Jesús, tú nos repites aquí y ahora la Palabra llena de esperanza que
nos conduce hacia el camino de la felicidad. Haz que lo emprendamos con
la alegría humilde y consciente de quien se sabe amado y quiere amarte
con todas sus fuerzas, a ti «el más bello entre los hijos del hombre»,
nuestra Bienaventuranza suprema.
Seguirte a lo largo del camino
que nos indicaste en el monte refuerza en nosotros cada día el impulso,
a fin de que tú crezcas en nuestro corazón hasta hacernos pura y amable
transparencia de tu presencia en medio de los hermanos. Que no nos
espanten las persecuciones y las incomprensiones, puesto que creemos que
precisamente en el momento de la prueba experimentaremos tu amor, que
nos asegura el pleno y total consuelo en la tierra de los humildes por
los siglos sin fin. Amén.
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