jueves, 20 de marzo de 2014

EL DESIERTO, EL TIEMPO Y LA TRAVESÍA

En el desierto no existe el tiempo.
Basta sumergirse en el espacio inhóspito de las angustias y los desencantos, de las incertidumbres y del dolor de lo improbable para comprobarlo...
Porque sólo uno sabe quién es uno aunque los pedazos de sus días rotos se claven en el alma como las espinas de sólo Dios sabe qué corona en qué piel...
O caminas solo o con Él, tú decides...
Si es solo te aseguro que no te faltarán días, saliva y rencor para lamer tus heridas...
Si es con Él, abre tus brazos a la brisa del crepúsculo con forma de cruz y sacrifica tu destino para reposar a su lado, junto a su huella...
En una mano, el amor; en la otra, el rosario de Rosario. Felicidades entonces.
Como dice mi hermano:"Dios es bueno...".


Y así.
Sé que la travesía es dura, muy dura, especialmente cuando sientes que el amor auténtico y profundo es el que no tiene respuesta... El que se diluye en las ondas maravillosas de tu mensaje...
En el desierto de hoy, en el horizonte circular de mi mirada, no dejo de buscarte...
Y te pido ayuda para aceptar a quienes aman con la devoción fanática e intolerante que arrastra con todo lo que no son ellos...
No entienden que en el aproximarse a Ti no hay distancias...
Sí eso eso es amor, si su Padrenuestro es el mío, haz que me purifique, por favor...
Por eso, cuando estoy a tu lado, es cuando no me pregunto qué hago aquí... O qué es esto...
El sencillo hecho de sentirme tu hermano hace que se esfumen todos, absolutamente todos, los tonos oscuros del color de las presencias...







Porque todo camino de piedras es un desierto que quema y un aridez que escuece, solo cuando dejo las piedras en el camino y planto una semilla puede emerger el sentimiento de ser lo que quiero ser o sentir que soy...y ese sentimiento es El que me llama y me traslada a mi quietud, olvidando la quema, el escozor y las llagas de mi propio desierto...+
ISABEL REZMO.

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