miércoles, 23 de enero de 2013

HACIA LA NUEVA IDENTIDAD DEL POBRE CABALLERO DE CRISTO DEL S.XXI

HACIA LA VIDA CONTEMPLATIVA
 (leyendo a T. Merton)

Pero en el hombre, la cúspide de la vida es también la contemplación. La contemplación es la perfección del amor y del conocimiento. La vida del hombre crece y se perfecciona por medio de esos actos en que su inteligencia iluminada capta la verdad, y a través de aquellos actos todavía más importantes donde su inviolable libertad absorbe, por así decirlo, y asimila la verdad mediante el amor, y vuelve verdadera su alma "ejerciendo la verdad en la caridad". La contemplación es la convergencia de la vida, el conocimiento, la libertad y el amor en una intuición supremamente sencilla de la unidad de todo amor, libertad y vida en su fuente, que es Dios.

Thomas Merton “El hombre nuevo”

 
 Para que la vida del hombre sea plena debe dirigirse hacia el amor. Es la máxima que Dios nos dice. Todo acto de amor conlleva una liberación personal, de egoismo y de todo aquello que empobrece el alma. Para ese ejercicio libre de servicio y de amor,  es entender que todo acto debe dirigirse a dar y ofrecer en gratuitidad. Cuanto mas amor, mayor es nuestro desprendimiento,  y por tanto contemplamos a Dios en toda su gloria.
En cada etapa el hombre se perfecciona, va creciendo en conocimiento para poder vivir, de la misma manera para ejercer ese desprendimiento en el amor y en el servico a los demás, necesita llegar a una meditacion y contemplación, en primer lugar orando, y escuchando y meditando la palabra del Señor.... Es imposible dar amor si no entendemos que con ese gesto estamos mostrando a Dios. Y eso requiere  la unidad del amor (ausencia de egoismo) libertad (deseo de dar, servicio, gratuitidad, arrojar nuestros intereses o deseos) y vida( mi vida la pongo al servicio del amor y de la caridad, en intentar hacer felices a los demas en mi vida: trabajo, casa, amigos,. familia; sacerdocio, vida monastica.....) sabiendo que todo eso es el mismo Dios que nos llama para hacerlo porque abrimos nuestro interior y nos ofrecemos a realizar su obra.
 
La vida contemplativa, por tanto, es una cuestión de la máxima importancia para el hombre moderno, y es importante por cuanto atañe a su ideal más valioso. Hoy más que nunca, el hombre encadenado busca su emancipación y libertad. Su tragedia es que la busca por medios que le reportan todavía mayor esclavitud. Pero la libertad es algo espiritual. Es una realidad sagrada y religiosa. Sus raíces no se hallan en el hombre sino en Dios. Porque la libertad del hombre, que le hace ser imagen de Dios, es una participación en la libertad de Dios. El hombre es libre en la medida en que se asemeja a Dios. Su lucha por la libertad implica, así pues, una lucha para renunciar a una autonomía falsa y engañosa a fin de hacerse libre más allá y por encima de sí mismo. En otras palabras, para que el hombre llegue a ser libre debe quedar liberado de sí mismo. Eso no quiere decir que haya de librarse tan sólo de otros semejantes a él, pues la tiranía del hombre sobre el hombre no es sino la expresión externa de la esclavitud a la que sus propios deseos le someten. Y es que, en efecto, quien es esclavo de sus propios deseos necesariamente explota a su prójimo a fin de rendir tributo al tirano que habita en su interior.

Thomas Merton



 El fin del hombre es caminar hacia Dios y para eso necesita renunciar a sus propios deseos,   abandonarse a los designios de Dios: hágase tu voluntad y no la mía. Cuando aceptas los designios del Señor, te liberas de tu propio egoismo pues ya no buscas los deseos propios, ni buscas satisfacer tu ego, no buscas nada, solo esperas, te abandonas, te liberas y dejas abierto tu interior.
Esa contemplación, es una busqueda incesante y continua del BIEN absoluto no del bien propio,  no obedeces a tus pasos en este momento has superado la lucha en ti y centras la lucha en buscar lo que Dios te pide, pues es lo que deseas, por lo tanto en este momento, miras a Dios .
Liberarse de los propios deseos es liberarse  del yugo de ser yo...y buscar ser lo que Dios quiere que seas o que hagas, esa es la vida contemplativa que todos debemos buscar en el momento que te conviertes en pobre caballero de Cristo,   tu vida se orienta  en la  satisfaccion de los deseos de Dios y de su voluntad en la tierra. Un reto que no es nada facil con el individualismo que impera en la sociedad actual,  todo dirigido a la imagen, a lo externo a una mal llamada libertad individual que explota al hombre y lo encadena a sus propios deseos.


Sor + Isabel María Pérez Moreno
Dama del Temple
 
 

domingo, 20 de enero de 2013

DE LA IMITACION DE CRISTO, LIBRO I CAPITULO III: LA LECCION DE LA VERDAD





Dichoso el que se enseña directamente de la verdad, como él, y no es por medio de imágenes o palabras humanas, porque nuestra inteligencia y nuestros sentimientos a menudo nos engañan y son cortos de miras. ¿Quién se beneficia de una discusión amplia y delgada alrededor de las cosas del hombre oscuro y oculto, las cosas que, incluso si dejamos de lado, no se hace responsable, en el juicio final? Nuestro gran estupidez: olvidando lo que es útil, incluso necesario, nos dedicamos a las cosas que atraen nuestra curiosidad y puede ser la causa de nuestra perdición. "Tenemos ojos y no ven" (Jer 5:21). ¿Qué nos importa el problema de los géneros y especies? El que oye la Palabra eterna se libera de muchas de nuestras discusiones. Por la palabra descender todas las cosas y todas las cosas proclamar la palabra, que es "el principio de" seguir hablando con los hombres (Juan 8:25). Nadie entiende, nadie juzga justamente sin esa palabra. Sólo aquellos que se sienten todas las cosas como uno, y la puerta de la unidad y la unidad lo ve todo, puede tener paz de la mente y vivir en la paz de Dios. Oh Dios, Tú eres la verdad misma, es "Yo soy uno con ustedes, en un amor que nunca termina. Muchas veces me canso de leer un montón de cosas, o para escuchar: lo que quiero y quiero que todo en ti. Silent todos los maestros, silenciado todas las criaturas antes que usted: usted sólo habla conmigo.
Cuanto más nos hará internamente equilibrio y simple, más fácil entender muchas cosas, y difícil, porque recibirá de la luz del intelecto. Un espíritu puro y simple equilibrio no se pierde aunque se utilice en una variedad de asuntos, porque todo lo que hace al honor de Dios, tratando de que se abstengan de cualquier egoísmo. Lo que une y te duele más de sus deseos mortificada? El hombre justo y piadoso prepara antes, en el interior, las obras externas a realizar. Así que estos no están diseñados para causar que él quiere hacer daño, pero en vez de eso se doblará sus obras a la opción elegida por la razón correcta. Nadie dice una pelea más difícil de lo que trata de ganar a sí mismo. Esto es precisamente lo que debe ser nuestro compromiso: nos ganan, nosotros vamos cada día más de nosotros mismos y avanzar un poco más en el pozo.
En esta vida, todo nuestro trabajo, no importa lo bueno, se mezcla con algunas imperfecciones, todos nuestros razonamientos profundos, sin embargo, tiene un lado oscuro. Por lo tanto, el hallazgo de su mezquindad es un camino que conduce a Dios con más seguridad que una investigación filosófica académica. No es que sea un pecado para estudiar, y mucho menos el simple conocimiento de las cosas - que es, en sí mismo, un bien y es querida por Dios - pero es siempre una buena cosa mejor conocimiento de sí mismo y una vida virtuosa. De hecho, muchas veces salir de su camino y no dan ningún fruto o poca fruta, bueno, porque se preocupan más por su ciencia que la santidad de sus vidas. Que si la gente pone tanta atención en la erradicación de los vicios y cultivar la virtud, que lo pone en el aumento de sutiles cuestiones filosóficas no habría tantos males y escándalos muchos entre el pueblo, y la vida no habría disipación tanto. Sin duda, cuando el día del juicio vendrá, no vamos a pedir lo que hemos estudiado, sino más bien lo que hemos hecho, ni nos preguntaron si sabía hablar bien, pero si supiéramos cómo vivir piadosamente. Dime dónde están ahora todos aquellos capiscuola y los profesores, bien conocido por ustedes mientras estaban vivos, que brillaba en sus estudios? El brillante sus posiciones están ahora en manos de otros, y se dice que ni siquiera los recuerdo. Cuando estaban con vida parecía ser tan grande, pero ahora ya no lo menciona. ¡Oh, cuán rápido pasa la gloria de este mundo! Y Dios no quiera que su vida ha sido el colmo de su conocimiento, en cuyo caso no habría estudiado y enseñado en vano. ¿Cuántos hombres se preocupan poco para servir a Dios, y se pierden a causa de un vano trató de conocer el mundo. Ellos eligen por sí mismos el camino de la grandeza, en vez de humildad, para dispersar sus mentes (Romanos 1:21). Grande es, en verdad, el que tiene un gran amor, el que es considerado pequeño y no tiene en cuenta los más altos honores. Prudente es, en verdad, el que piensa en todas las cosas terrenales estiércol, para ganar a Cristo (Filipenses 3:8). Producto, en el buen sentido de la palabra, es, en verdad, el que hace la voluntad de Dios, echando en una canción de su propia voluntad.

sábado, 5 de enero de 2013

SOBRE LA HUMILDAD THOMAS MERTON

La humildad nos libera para hacer lo que es realmente bueno, al mostrarnos nuestras ilusiones y al apartar nuestra voluntad de lo que sólo es bueno aparentemente.

Una humildad que congela nuestro ser y frustra toda actividad saludable no es humildad en absoluto, sino una forma disfrazada de orgullo. Seca las raíces de la vida espiritual y nos imposibilita que nos brindemos a Dios.

Señor, Tú nos has enseñado a amar la humildad, pero no lo hemos aprendido. Solamente aprendimos a amar la superficie externa de ella, la humildad que vuelve encantadora y atractiva a una persona. A veces, hacemos una pausa para pensar en estas cualidades, y a menudo simulamos que las poseemos, y que las hemos conquistado mediante “la práctica de la humildad”.

Si fuésemos realmente humildes, ¡sabríamos hasta qué punto somos unos farsantes!

Thomas Merton

"Pensamientos
en la soledad"





Somos seres finitos y   de la humildad que tengamos para reconocer nuestra dependencia de Dios, depende nuestra apertura a sus designios.

Dios, Señor Mío, no tengo idea de adónde voy.
No veo el camino delante de mí.
No puedo saber con certeza dónde terminará.
Tampoco me conozco realmente, y el hecho de pensar que estoy siguiendo tu voluntad no significa que en realidad lo esté haciendo.
Pero creo que el deseo de agradarte, de hecho te agrada.
Y espero tener ese deseo en todo lo que haga.
Espero que nunca haga algo apartado de ese deseo.
Y sé que si hago esto me llevarás por el camino correcto, aunque yo no me de cuenta de ello.
Por lo tanto, confiaré en ti aunque parezca estar perdido a la sombra de la muerte.
No tendré temor porque estás siempre conmigo, y nunca dejarás que enfrente solo mis peligros.
Amén

LA CONVERSION UMBRAL DE LOS VALORES. LA VIDA EN COMUNIDAD

Si la conversión es el umbral de los valores, la vida en común es su primera constatación. Un grupo de hombres o de mujeres, a quienes ha tocado el mensaje de conversión por causa del Reino, se deciden a vivir juntos.
La conversión, que se traduce en una búsqueda radical de Dios, queda encauzada para el monje cisterciense, en la convivencia fraterna. La vida cisterciense es de suyo una «koinonía»; expresión consagrada en el Nuevo Testamento para significar la vida de comunidad por causa de Jesús de Nazaret. Nos referimos a la comunidad cisterciense como una réplica de la Iglesia primitiva, que trata de vivir «con un solo corazón y una sola alma, perseverando en la oración, en la escucha de la Palabra y en la fracción del Pan» (Hch 2, 42).
Este esquema de vida se halla envuelto en unas características específicas, bosquejado en una tradición y patrimonio, e integrado por bienes espirituales y materiales. Cristo Resucitado se hace presente en su «pequeña iglesia cisterciense», como se hacía presente en aquella primera Iglesia, infundiéndole la misma vida de Dios; de un Dios que es relación interpersonal de conocimiento, amor y entrega. A esto se reduce el fundamento y la imagen de la comunidad cisterciense. 

Además cada Iglesia cisterciense es también una porción de pueblo que camina hacia los resplandores del Reino a través del desierto, en familia estable y concreta, guía- da y animada por la sabiduría de un pastor y padre carismático, el abad, que hace las veces de Cristo (RB 2, 2; 63, 13), el Pastor supremo, el «iniciador y consumador de la fe (Hb 12, 2). Porque los lazos que unen a los miembros de esta familia perduran a lo largo de la vida mediante el compromiso o voto de estabilidad que emite el cisterciense en el día de su consagración.
La vida de fraternidad significa que los lazos de un mismo amor y una misma vocación tienen que ir afianzándose en todos al mismo tiempo que se van esclareciendo tendencias y se cercenan los brotes de un individualismo egoísta, siempre vivos en una naturaleza herida por el pecado. La vida comunitaria se traduce entonces en compromiso activo y concreto; tiende a avivar esa relación mutua y gratuita, que significa amor, conocimiento recíproco, perdón, acogida y corresponsabilidad. De este modo la comunidad va configurando en cada uno de los miembros que la forman, la imagen y semejanza de Dios nuestro Padre. Así lo entendía la Orden en sus comienzos, cuando designaba a las comunidades como «escuela de Caridad». Porque «el amor es el compendio de la reeducación del hombre» (Elredo de Rieval). Amor a Dios y amor mutuo que cristaliza con frecuencia en auténticas y profundas amistades, tan tradicionales en la historia y experiencia de la Orden. Porque «Dios es amistad» (Elredó de Rieval).
Hay que reconocer no obstante la dificultad de llevar a cabo este programa y compromiso de vida. La comunidad ideal, que todos imaginamos y deseamos, no existe; nunca podrá coincidir con «esta» comunidad real y concreta. Por otra parte necesitamos comprometemos en una comunidad de fe y de amor de tal modo que nos lleve a asumir la paradoja que es cada una de nuestras vidas. La comunidad se construye con piedras vivas, con todo lo que nosotros somos. Debemos por tanto ir madurando en el Señor Jesús a través de sucesivas etapas de crecimiento.
La imagen apocalíptica de la Esposa que sube desde el desierto al encuentro del Esposo (Ap 21, 2) acaba de trazar la fisonomía singular de la comunidad cisterciense. La Esposa, que es la Iglesia y en nuestro caso la pequeña iglesia comunitaria, sube desde el desierto. Por el momento está en el desierto; porque Cristo la construye y la quiere ahí. La iglesia cisterciense es soledad, quietud, silencio; y desde ahí se proyecta hacia la ultimidad de la historia humana y lo definitivo del Reino. Tocamos la escatología; el momento del encuentro definitivo con el Señor Jesús. Por eso la iglesia cisterciense ensaya ya y se goza en participar de los bienes definitivos, acentuando a cada instante la plenitud de los valores en ese cielo nuevo y tierra nueva (Ap 21, 1); cuando todos seamos uno en El (Jn 17, 21).
notas referencia les
— Regla de S. Benito: 63, 10; 71, 1, 4; 72.
— Constituciones: 13; 18.
— Bernardo de Claraval: Cant 12, 5; 23; Benit; Ram 1; Todos SS 1, 1; 4, 3; 5, 5; Dedic 1, 1-7; 2, 3, 4; Sept 2, 3.
— Elredo de Rieval: Amist (ed. Azul) p. 276, 277, 286.
— Guillermo de S. T.: Nat amor 24.
— Isaac de Stella: Serm 12, 2.
— Balduino de Ford: Vida cenobítica n•a 25; 49 (Ed. Pain de Citeaux)

miércoles, 2 de enero de 2013

EN LA CIRCUNCISIÓN DEL SEÑOR SERMÓN TERCERO-SAN BERNARDO

EN LA CIRCUNCISIÓN DEL SEÑOR

SERMÓN TERCERO

DEL DÍA OCTAVO



1. En la Circuncisión del Señor, hermanos mios, tenemos que amar, y que admirar, y también que imitar. Está manifiesto en ella el gran beneficio de la dignación divina, que exige nuestro reconocimiento: al mismo tiempo se encubre en ella, lo que debemos en nosotros mismos cumplir. Porque vino el Señor al mundo, no sólo para redimirnos con la efusión de su sangre, sino para enseñarnos con sus palabras, e instruirnos con sus ejemplos. Pues, así como no nos aprovechará saber el camino, si estuviéramos presos en la cárcel, tampoco aprovechrá sacarnos de la cárcel, si ignorando el camino el que primero nos hallara, nos volviera á meter allí. Y por esto en la edad mas crecida nos dio el Salvador manifiestos ejemplos de paciencia, humildad, caridad y de todas las virtudes: mas en la niñez dio estos mismos ejemplos, aunque disimulados y encubiertos con figuras.....