EL DISCURSO SOCIAL DE JUAN PABLO II
El pontificado de Juan Pablo II no solamente ha sido uno de los más
largos, sino que sobresalió por su riqueza doctrinal, particularmente en
el campo de la doctrina social. Una reflexión sobre el pensamiento de
este gran hombre nos revela que conjuntó, tal como él lo dijo, "cosas
nuevas y viejas", "continuidad y renovación" del discurso social
católico. Algunos autores señalan períodos en la historia de los cien
años desde la Rerum novarum (RN, SS León XIII) hasta la Centesimus annus
(CA, de SS Juan Pablo II); ya sea el pontificado de Juan XXIII como el
momento del cambio, o el Concilio Vaticano II. Yo creo que el cambio se
da con el Papa Wojtyla.
Juan Pablo II toma el Concilio como
punto de partida y hace de todo su magisterio una estupenda y profunda
catequesis, muy especialmente afirmando que Cristo revela plenamente el
sentido del hombre al hombre y que el hombre es la única criatura que
Dios ha amado por sí misma. La correcta interpretación del magisterio de
Juan Pablo II supone conocer el pensamiento de Karol Wojtyla que, en su
diálogo con la fenomenología husserliana (donde se observa la realidad
tal cual es, sin prejuicios)y el Concilio Vaticano II, logró sintetizar
su pasado neo tomista con la metafísica personalista fenomenológica. Sin
romper con el pasado recorrió un camino muy distinto que lo llevó a
pensar en la persona concreta, no en la noción abstracta propia de la
filosofía tradicional. De esos hombres y mujeres situados e históricos,
hizo el camino que la Iglesia tiene que recorrer en el desempeño de su
misión.
Juan Pablo II es social en todo su magisterio y ello
requiere un esfuerzo de interpretación nada fácil, pues supone el
conocimiento de todos sus grandes documentos y de cada uno de ellos,
punto por punto.
Lo dicho se aplica de manera particular a la
primera encíclica de su pontificado, la Redemptor hominis (RH) que es la
clave de lectura del pensamiento wojtyliano [1]. En ella están
presentes todos los temas que encontraremos en sus 27 años de servicio
pastoral. La clave de lectura es la antropología cristológica y el mismo
Papa, en su segunda encíclica, Dives in misericordia, describe la RH,
curiosamente, como una encíclica sobre el hombre [2].
Toda la
realidad es vista por el Papa desde la perspectiva de la persona. Así,
por ejemplo, reflexionando sobre el fantástico progreso que ha alcanzado
la humanidad, afirma que la primera inquietud de todo cristiano tiene
que referirse a la cuestión esencial y fundamental: ¿este progreso, cuyo
autor es el hombre, hace la vida del hombre sobre la tierra, en todos
sus aspectos, "más humana"?; ¿la hace más "digna del hombre"? [...] si
el hombre, en cuanto hombre, en el contexto de este progreso, se hace de
veras mejor, es decir, más maduro espiritualmente, más consciente de la
dignidad de su humanidad, más responsable, más abierto a los demás,
particularmente a los más necesitados y a los más débiles, más
disponible a dar y prestar ayuda a todos [3].
Encontramos en
estas líneas la continuación de la preocupación del Concilio por
construir un mundo más humano, pues el crecimiento del hombre tiene que
ser espiritual y moral. Desarrollando la noción del dominio de la
creación, como misión asignada al primer hombre y a la primera mujer,
Juan Pablo II la completa afirmando que ese dominio consiste en la
prioridad de la ética sobre la técnica, en el primado de la persona
sobre las cosas, en la superioridad del espíritu sobre la materia [4].
He aquí el parámetro para evaluar cualquier sistema o modelo histórico
que se debe tener presente cuando se leen las llamadas "encíclicas
sociales" si se quiere hacer de ellas una lectura justa.
Profundizando en los problemas del hombre contemporáneo encontramos a la
base la carencia de una verdad objetiva de la que derivan los
totalitarismos, los abusos, la manipulación consumística que aliena al
hombre contemporáneo y lo reduce a una verdadera forma de esclavitud. El
problema de la justicia es otra gran preocupación del Papa y debe ser
la de todo cristiano. En casi todas las encíclicas de Juan Pablo II
encontramos una referencia a la realidad de millones de personas que
mueren por falta de lo necesario, y que son marginadas en tantas formas.
Ante esa realidad surge la exigencia de lo que el Papa en la RH llama
el "amor social", que luego se convertirá en la solidaridad, virtud
basilar de su magisterio.
En el mundo dominado por el mercado
se quiere imponer un concepto inaceptable de libertad que va unido
precisamente a un comportamiento consumístico no controlado por la
moral, lo cual limita contemporáneamente la libertad de los demás, es
decir, de aquellos que sufren deficiencias relevantes y son empujados
hacia condiciones de ulterior miseria e indigencia [5]. Aquí se ve la
interrelación entre los fenómenos sociales y la centralidad de la
justicia, pues las víctimas son siempre los pobres. Vale la pena notar
cómo, contrariamente a cuanto pretende la ideología dominante, el mal
uso de la libertad de los poderosos limita la libertad de grandes masas
de la humanidad.
Encontramos así en la RH la clave de lectura
que no ha sido tenida en cuenta por muchos de los comentaristas de la
Centesimus annus que han deformado gravemente el pensamiento del Papa y
han disimulado la crítica de fondo que él ha hecho del sistema económico
dominante. Más que una encíclica sobre economía, se trata de una
reflexión antropológica sobre la situación del hombre en el mundo
dominado por la ideología del mercado. Es una respuesta-propuesta
antropológica, a la visión cerrada del hombre que esta ideología
propone. Se trata de ofrecer los criterios para interpretar el sistema
económico. De éstos, el principal es el hombre mismo visto en su
realidad de imagen de Dios con quien, por lo mismo, tiene una verdadera
afinidad. El hombre tiene así una realidad trascendente que hace que no
solamente puede usar de los bienes de la creación, sino que debe
subordinar su uso a la semejanza divina del hombre y a su vocación a la
inmortalidad [6]. Este es el parámetro interior según el cual se debe
medir y orientar la economía.
NOTAS
1 En la encíclica Redemptoris missio el Papa se refiere a la RH como a su encíclica programática (RM 4).
2 DM,1.
3 RH 15.
4 Ibid.
5 Ibid.
6 SRS 29.
Para consultar esta encíclica pinchar:
No hay comentarios:
Publicar un comentario