No podría mejor concebir este escrito sin unirlo a la propia experiencia de Fe, de vocación o de vida espiritual que a cada minuto estoy sintiendo desde hace tiempo.
Quizás esa falta de espiritualidad que he observado en la vida, hasta hace poco, me hace replantarme este camino.
Vivimo una época convulsa. Una época caracterizada por ese vacio existencial que el ser humano está experimentando . Observo la riqueza del ser humano malgastada en dialécticas inútiles.
Y eso crea un gran vacío interior que supone el abandono, la decepción, la dejadez.
Hace falta algo tan importante como sentido común, o a lo mejor algo más, ¿coherencia? vivir....igual que la fe....la vivencia y la religiosidad en una comunidad cuya valores que proclaman sirvan para unir y dirigirse hacia unos fines concretos.
Hoy hasta la idea de Dios está manipulada, carece de una visión por y para el hombre.
La idea de Iglesia, religión, fraternidad, caridad.
LA CARIDAD.Esa es la palabra. Dirigir la vida hacia el servicio y la gratuitidad. Y eso lo manifiesta el que es pobre de espíritu:pobreza de espíritu es sinónimo de humildad. Mi alma es igual que la tuya, esta hecha de los jirones de la vida, los buenos y los malos, y nos corresponde al individuo, vestirla, aceptarla. Y esto no es posible si olvidamos mirar a Dios y entregarnos a un único fin, ser mísero en mi para entender la miseria de los demás.
Tengo SED de Dios. Tenemos sed de Dios aun cuando no somos conscientes de eso.
Hace falta volver al espíritu, esa es la razón de esa sed que no se sacia nada mas que con el encuentro con El.
No tengais miedo, la sed de Dios se sacia con su encuentro, y solo la oración puede calmarla, es un bálsamo el vehiculo sincero de comunicación, entre Cristo y el Padre.
Mat 25, 35-40
Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; era forastero y me acogisteis; 36 estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel y vinisteis a verme. 37Entonces los justos le responderán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te
dimos de comer, o sediento y te dimos de beber? 38 ¿Cuándo te vimosforastero, y te acogimos; o desnudo y te vestimos?, 39 ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte? 40 Y el rey les dirá: en verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mi me lo hicisteis.
Se dice, y se habla en nombre de Dios, proclamamos la grandeza del Ser divino. Habla en boca de los justos, no habla en boca de necios.
Dios esta hecho para el hombre, vive desde el hombre, en el hombre y por el hombre. Se manifiesta nada mas en la acción y en el cuerpo, se convierte en realidad cuando le dejamos cohabitar en el individuo.
No hay más máxima.
Tenemos que aprender a saciar esa enorme sequía que nos proporciona el desengaño de este mundo, de una vida que cada vez se asemeja mas a la búsqueda del momento y no a la construccion del dia a dia.
Nos hemos olvidado de orar, de no tener miedo de decirle al Señor te necesito, o estoy solo. La soledad es buena si se utiliza como encuentro primero consigo mismo, despues en relacion a la vida (mi vida) y luego en relacion a DIOS, inútil es la vida que refleja una soledad que esclaviza no solo lo que hay en tí como cuerpo, mente y espíritu si no que ademas que secuestra la figura del Creador.
A largo de nuestra vida vamos a pasar por desiertos, o momentos de dificultades que hagan que nuestra vida se tambaleé . Pero debemos aprender la necesidad de pasar momentos difíciles, la necesidad del desierto, como oportunidades para centrar nuestra vida en Dios, de organizarnos en torno a Sus normas. Oportunidades para valorar los buenos momentos que Dios nos da. Aprendamos a apreciar el esfuerzo. No pensemos que el camino más fácil siempre es el mejor, o el que Dios quiere. Aunque nos duela y nos disguste tenemos necesidad de pasar por el desierto en nuestra vida. El desierto nos puede hacer fuertes para lograr vencer futuras batallas.
Sor +Isabel María Pérez Moreno.
Dama del Temple
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