Aun no sabemos todo lo que
implica nuestro papel como laicos, creemos que solo se basa en una mera participación
en la vida de la comunidad cristiana, o participar en la liturgia minimizando
nuestra labor dentro de la Iglesia. Es cierto que eso ha influido que la
respuesta desde la propia Iglesia ha sido en ocasiones muy escasa en aquello
sitios o lugares donde se ha dado una respuesta poco concisa al respecto al
papel de los laicos en la vida comunitaria.
El Concilio
Vaticano II resulto un punto de partida en la nueva concepción de la vida
eclesial y de los laicos, otorgando un papel esencial en la evangelización y en
los servicios que la propia Iglesia puede ofrecer a las personas:
El Concilio Vaticano II definió
la posición que ocupan los laicos en la Iglesia, partícipes de la misión de
Cristo. Ellos: Son los fieles cristianos que, incorporados a Cristo mediante el
bautismo, forman el pueblo de Dios, participan a su manera de la función
sacerdotal, profética y real de Jesucristo, y ejercen, según su condición, la
misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo (LG 31).
De las charlas extraídas
el pasado fin de semana,es
interesante exponeros mis propias reflexiones:
¿Qué es ser laicos?
EVANGELIZADORES: nuestra
actitud y nuestra forma de vivir nuestra fe evangeliza, muestra nuestra fe y
ayuda formar y despertar la fe de los otros.
VIVIR EL EVANGELIO, la fe
no puede subsistir y asentarse sin obras:
"...Porque como el
cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está
muerta...." Santiago 2:26
MIEMBROS ECLESIALES:, no
puede ir por su cuenta, pertenece a una comunidad concreta y a ella se debe
tanto para su formación, su actividad, no puede ir por libre para encontrar un
sentido y una espiritualidad coherente con nuestra forma de pensar. La oración,
la formación y el estudio de la Palabra son indispensables para dotar de
sentido y coherencia. Trabajar conjuntamente con los miembros de una comunidad
concreta.
COMUNIDAD: su razón de ser
esta dentro de su comunidad (parroquia=Pastor (Obispo).
En definitiva, un ejemplo
de VIDA CRISTIANA
Hoy el laico necesita
despertar. Sobre todo porque hay un intento de separación entre Dios y mundo.
Deshumanizar al hombre, hacer desparecer no solo la fe si no también, cualquier
sentimiento de fraternidad, de espiritualidad. En un mundo material y de consumo,
la esfera de lo ritual, el dogma, la virtud, la sabiduría y el conocimiento no
sirve si no es por el afán de convertirnos en seres autómatas carentes de
sentimientos.
La base de todo nace en el
Bautismo. Es la consagración
perpetua como cristianos, gracias a ese acto, entramos a formar parte de la Iglesia. Por lo que se nos otorga
una vocación universal de poder actuar en nombre de Cristo. Desde ese momento,
nuestra vida como cristianos, como personas que viven su fe, estamos llamados a
ser ejemplo de Cristo, vivir en Cristo. El bautismo no distingue a unos y a
otros, lógicamente más adelante, las personas podrán elegir seguir la vocación
religiosa para consagrar su vida a servir al Señor y convertirse en pastores de
la Iglesia.
Pero es importante resaltar,
el CARISMA DE LA IGLESIA. Es el propio espíritu Santo el que nos mueve..La
fuerza para poder también servir a nuestra Iglesia. El laico que le mueve a
servir dentro de su comunidad, se convierte en una pequeña luz en el mundo.
Porque también es un instrumento al servicio de Dios:
DESPERTAR
HACER PRESENTE
ANUNCIAR
INSTAURAR
DENUNCIAR
Es asentar el Reino de
Dios en la tierra, basado en el amor y la fraternidad. Debemos concienciarnos
del papel y de la responsabilidad que tenemos y que a veces nosotros mismos no
nos damos cuenta de esa importancia. Cualquier persona bautizada esta llamada a
servir al Señor; esta llamada a servir como ramas en la familia cristiana, a
servir de cobijo a sus hermanos. Ya no se cree que el papel sea exclusivo de
los párrocos, de los obispos porque así
rebajamos la importancia de la Iglesia a su carácter jerárquico, q es un punto
más a tener en cuenta pero no el único y el definitivo. Existe y se admite una
espiritualidad universal que mueve a todos los hijos de Dios a reclamar su
lugar, su papel en el mundo y a desarrollar la misión que Cristo nos enseñó y
por el que murió. No nos vale reclamar la responsabilidad a nuestros obispos, a
nuestros sacerdotes si nosotros mismos en nuestras acciones cotidianas no
llevamos a Cristo con nosotros; flaco favor hacemos, porque la fe no puede
tomarse sólo desde un púlpito o bajo las directrices de otros. El creyente es
el que toma las riendas y con su ejemplo de vida vivifica la Fe y la despierta
en los demás, está enseñando y a la vez aprendiendo porque la Fe vivida desde
mi yo como persona, ayuda a entender la forma de vivir la fe de la otra persona
y puede enriquecerme y enseñamos a otros como la vivimos, creándose una red que
se va extendiendo y que hace que permanezca y se perpetue haciendo viva la
palabra del Señor: Jesús quiere que seamos pescadores de hombres.
Somos el conducto principal de Dios para la salvación
de los hombres, (Romanos 10:14 “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no
han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin
haber quien les predique? “).
2 Corintios 5:20
“Así, que, somos embajadores en nombre de Cristo, como
si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo:
Reconciliaos con Dios”.
Marcos 16:15
“Id por todo el mundo, y predicad el Evangelio A TODA
CRIATURA”.
Vivamos la Fe, despertemos
nuestra espiritualidad, no nos convirtamos en católicos de nombre si no de
acciones, un estilo de vida que otorgue una relación personal e intima con
Dios, y no solo entendámosla que solo es `posible desde un monasterio o desde
una parroquia o convento.
Todos los hombres y
mujeres que se dicen portar a Cristo en su corazón están llamados a santificar
su vida, por Cristo. El santo no nace,
se hace con las obras, estudiando y meditando la palabra, la oración y con la
acción del Espíritu Santo que nos mueve y nos guía por los caminos trazados por
el señor. Porque al fin y al cabo es El que nos elige para ser portadores de su
verdad.
Pensemos en el Año de la
Fe como marco incomparable para volver a
revitalizar el papel de todos los laicos
y que el Espíritu Santo nos ayude a desarrollar con los altibajos, los
problemas y luchar con la idiosincracia que existe hoy en el mundo.
QUE ASI SEA....+
Sor + Isabel María Pérez
Moreno.
Dama del Temple.
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