lunes, 11 de marzo de 2013

EL PAPEL DE LOS LAICOS EN EL MUNDO DE HOY



 Aun no sabemos todo lo que implica nuestro papel como laicos, creemos que solo se basa en una mera participación en la vida de la comunidad cristiana, o participar en la liturgia minimizando nuestra labor dentro de la Iglesia. Es cierto que eso ha influido que la respuesta desde la propia Iglesia ha sido en ocasiones muy escasa en aquello sitios o lugares donde se ha dado una respuesta poco concisa al respecto al papel de los laicos en la vida comunitaria.

El Concilio Vaticano II resulto un punto de partida en la nueva concepción de la vida eclesial y de los laicos, otorgando un papel esencial en la evangelización y en los servicios que la propia Iglesia puede ofrecer a las personas:
El Concilio Vaticano II definió la posición que ocupan los laicos en la Iglesia, partícipes de la misión de Cristo. Ellos: Son los fieles cristianos que, incorporados a Cristo mediante el bautismo, forman el pueblo de Dios, participan a su manera de la función sacerdotal, profética y real de Jesucristo, y ejercen, según su condición, la misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo (LG 31).
De las charlas extraídas el pasado fin de semana,es interesante exponeros mis propias reflexiones:

¿Qué es ser laicos?
EVANGELIZADORES: nuestra actitud y nuestra forma de vivir nuestra fe evangeliza, muestra nuestra fe y ayuda formar y despertar la fe de los otros.
VIVIR EL EVANGELIO, la fe no puede subsistir y asentarse sin obras:
"...Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta...." Santiago 2:26
MIEMBROS ECLESIALES:, no puede ir por su cuenta, pertenece a una comunidad concreta y a ella se debe tanto para su formación, su actividad, no puede ir por libre para encontrar un sentido y una espiritualidad coherente con nuestra forma de pensar. La oración, la formación y el estudio de la Palabra son indispensables para dotar de sentido y coherencia. Trabajar conjuntamente con los miembros de una comunidad concreta.
COMUNIDAD: su razón de ser esta dentro de su comunidad (parroquia=Pastor (Obispo).
En definitiva, un ejemplo de VIDA CRISTIANA

Hoy el laico necesita despertar. Sobre todo porque hay un intento de separación entre Dios y mundo. Deshumanizar al hombre, hacer desparecer no solo la fe si no también, cualquier sentimiento de fraternidad, de espiritualidad. En un mundo material y de consumo, la esfera de lo ritual, el dogma, la virtud, la sabiduría y el conocimiento no sirve si no es por el afán de convertirnos en seres autómatas carentes de sentimientos.
La base de todo nace en el Bautismo. Es la consagración perpetua como cristianos, gracias a ese acto, entramos a formar  parte de la Iglesia. Por lo que se nos otorga una vocación universal de poder actuar en nombre de Cristo. Desde ese momento, nuestra vida como cristianos, como personas que viven su fe, estamos llamados a ser ejemplo de Cristo, vivir en Cristo. El bautismo no distingue a unos y a otros, lógicamente más adelante, las personas podrán elegir seguir la vocación religiosa para consagrar su vida a servir al Señor y convertirse en pastores de la Iglesia.
Pero es importante resaltar, el CARISMA DE LA IGLESIA. Es el propio espíritu Santo el que nos mueve..La fuerza para poder también servir a nuestra Iglesia. El laico que le mueve a servir dentro de su comunidad, se convierte en una pequeña luz en el mundo. Porque también es un instrumento al servicio de Dios:
DESPERTAR
HACER PRESENTE
ANUNCIAR
INSTAURAR
DENUNCIAR
Es asentar el Reino de Dios en la tierra, basado en el amor y la fraternidad. Debemos concienciarnos del papel y de la responsabilidad que tenemos y que a veces nosotros mismos no nos damos cuenta de esa importancia. Cualquier persona bautizada esta llamada a servir al Señor; esta llamada a servir como ramas en la familia cristiana, a servir de cobijo a sus hermanos. Ya no se cree que el papel sea exclusivo de los párrocos, de los obispos porque  así rebajamos la importancia de la Iglesia a su carácter jerárquico, q es un punto más a tener en cuenta pero no el único y el definitivo. Existe y se admite una espiritualidad universal que mueve a todos los hijos de Dios a reclamar su lugar, su papel en el mundo y a desarrollar la misión que Cristo nos enseñó y por el que murió. No nos vale reclamar la responsabilidad a nuestros obispos, a nuestros sacerdotes si nosotros mismos en nuestras acciones cotidianas no llevamos a Cristo con nosotros; flaco favor hacemos, porque la fe no puede tomarse sólo desde un púlpito o bajo las directrices de otros. El creyente es el que toma las riendas y con su ejemplo de vida vivifica la Fe y la despierta en los demás, está enseñando y a la vez aprendiendo porque la Fe vivida desde mi yo como persona, ayuda a entender la forma de vivir la fe de la otra persona y puede enriquecerme y enseñamos a otros como la vivimos, creándose una red que se va extendiendo y que hace que permanezca y se perpetue haciendo viva la palabra del Señor: Jesús quiere que seamos pescadores de hombres.
Somos el conducto principal de Dios para la salvación de los hombres, (Romanos 10:14 “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? “).
 2 Corintios 5:20
“Así, que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios”.
Marcos 16:15
“Id por todo el mundo, y predicad el Evangelio A TODA CRIATURA”.
Vivamos la Fe, despertemos nuestra espiritualidad, no nos convirtamos en católicos de nombre si no de acciones, un estilo de vida que otorgue una relación personal e intima con Dios, y no solo entendámosla que solo es `posible desde un monasterio o desde una parroquia o convento.
Todos los hombres y mujeres que se dicen portar a Cristo en su corazón están llamados a santificar su vida,  por Cristo. El santo no nace, se hace con las obras, estudiando y meditando la palabra, la oración y con la acción del Espíritu Santo que nos mueve y nos guía por los caminos trazados por el señor. Porque al fin y al cabo es  El  que nos elige para ser portadores de su verdad.
Pensemos en el Año de la Fe como marco incomparable para volver a  revitalizar el papel de todos los laicos  y que el Espíritu Santo nos ayude a desarrollar con los altibajos, los problemas y luchar con la idiosincracia que existe hoy en el mundo.

QUE ASI SEA....+

Sor + Isabel María Pérez Moreno.
Dama del Temple.





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