martes, 2 de abril de 2013

DESCUBRIR A DIOS, ENCONTRARNOS A DIOS..T MERTON SEMILLAS DE CONTEMPLACION..

Nuestro descubrimiento de Dios es, en cierto modo, el descubrimiento que hace Dios de nosotros. No podemos ir al cielo a buscarlo, porque no tenemos modo de saber dónde
está el cielo ni lo que es. Él baja del cielo y nos encuentra. Nos mira desde la profundidad de Su realidad infinita, que está en todas partes, y mirándonos nos da una realidad superior en que nosotros a nuestra vez Lo descubrimos. Sólo Lo conocemos
tanto cuanto somos conocidos por Él, y nuestra contemplación de Él es una participación en la contemplación de Sí mismo.
Nos convertimos en contemplativos cuando Dios se descubre a Sí mismo en nosotros. En ese momento, se abre el punto de nuestro contacto con Él, y pasamos por el centro de nuestra alma y entramos en la eternidad.
Es cierto que Dios se conoce a Sí mismo en todas las cosas que existen. Él las ve, y por verlas Él existen. Por amarlas Él son buenas. Su amor en ellas es su bondad intrínseca. El valor que Él ve en ellas es su valor. En cuanto Él las ve las ama, todas las
cosas Lo reflejan. Pero aunque Dios está presente en todas las cosas por Su conocimiento, Su amor, Su poder, y Su cuidado de ellas, Él no es necesariamente advertido y conocido por ellas.
Sólo es conocido y amado por aquellos a quienes dio graciosamente una participación en Su propio conocimiento y en el amor de Si mismo. Para conocer y amar a Dios tal como es, debemos tener a Dios morando en nosotros de un modo nuevo y especial. Y así Dios colma las infinitas distancias entre Él y los espíritus creados para amarlo, con misiones sobrenaturales de Su propia Vida. El Padre, que reside en la entraña de todas las cosas y en mi propio ser, me comunica Su Verbo y Su Espíritu, y en estas misiones soy atraído a su propia vida y conozco a Dios en Su mismo Amor.
Mi descubrimiento de mi identidad empieza y se perfecciona en estas misiones, porque es en ellas donde Dios mismo, llevando en Sí el secreto de quién soy yo empieza a vivir en mi no solo como mi Creador, sino como mi otro y verdadero yo.
Vivo, iam non ego, vivit vero in me Christus.



Aunque Dios vive en las almas de los hombres que no tienen conciencia de Él, ¿cómo puedo decir que Lo he encontrado y me he encontrado a mí mismo en Él, si nunca Lo conozco ni pienso en Él, nunca me intereso por Él, ni Lo busco, ni deseo Su presencia en mi alma? ¿De qué sirve dirigirle la fórmula de unas oraciones, si luego me aparto y dedico toda mi mente y toda mi voluntad a las cosas creadas, deseando alcanzar sólo
fines que quedan muy lejos de Él? Aunque mi alma esté justificada, si mi mente no Le pertenece, tampoco yo Le pertenezco. Si mis deseos no se dirigen a Él, sino que se
esparcen en Su creación, será porque he reducido Su vida en mí al nivel de una formalidad cualquiera, prohibiéndole ejercer en mí un influjo verdaderamente vital.

T MERTON -SEMILLAS DE CONTEMPLACIÓN
..........................
 ¿Dónde está Dios?, ¿donde lo busco, lo encuentro, lo llamo?...el encuento con Dios es un diálogo conmigo mismo en el que trato de hallarlo dentro de mi....para luego verlo afuera. No puedo decir veo a Dios o que creo en El si no hago una intensa búsqueda en mi. Ese proceso no terminará nunca. Jamás debemos conformarnos con ver a Dios en un momento concreto de nuestra existencia. Porque no nos damos cuenta que El siempre está...como ciegos caminamos en la vida queriendo encontrar una señal que indique q esta ahí..pero El ya nos ha visto mucho antes incluso, aun sin saber que lo estamos buscando.
Racionalmente no podemos encontrar un como, una razón, una justificacion de Dios,,...El es su propia justificacion, a través de mis ojos, de mis sentidos, de mis pensamiento, y de mi mismo....la racionalidad de Dios comienza cuando en nosotros encontramos los indicios que nos llevan a El...encontramos la certeza de que no podemos existir sin El, porque el nos regala el poder ser o exisitir mas alla de la pro-creacion de una vida, el regalo es la vida en si misma, y la evidencia de la existencia de Dios es abrirnos en nosotros al conocimiento de que lo creado, lo vivido, lo que nos rodea es una manifestacion de la imagen de Dios en el mundo,,,,,a traves de nuestros ojos, de nuestro tacto y de las múltiples pistas que dejan su rastro a lo lago de nuestra vida. No nos afanemos en preguntarnos donde esta Dios, Dios está en todos los átomos de la tierra, en todos los poros del universo y solo lo podemos verlo cuando nos paramos a percibir y dejar que entre esos átomos, esas moléculas del universo que tienen un aroma inconfundible de la esencia divina del Creador.

Sor + Isabel María Pérez Moreno
Dama del Temple

No hay comentarios:

Publicar un comentario