El trapense Daniël
Hombergen decano de la Facultad de Teología del Ateneo Pontificio de San Anselmo y monje del Monasterio de Maria Toevlucht, Zundert, Holanda, sobre la importancia del conocimiento teológico
por parte de los laicos. :
La Historia de la Teología es la historia de la reflexión
humana sobre datos de la fe, fundada en la revelación divina. Esta reflexión se
entiende como el esfuerzo del hombre que trata de entender, en la medida de lo
posible, lo que cree («fides quaerens intellectum»). La historia de esta
reflexión no coincide totalmente con la Historia de los Dogmas, aunque las dos
tienen mucho en común.
La Historia de los Dogmas incluye investigaciones
sobre el camino recorrido por la Iglesia, a lo largo de los siglos, para
establecer cada vez con más precisión el contenido y los límites de la fe
auténtica, transmitida por los apóstoles y sus sucesores.
La Historia de
la Teología, en cambio, comprende, en sentido más amplio, toda la reflexión
humana como esfuerzo en profundizar y comprender mejor el contenido de esta
misma fe.
Aunque el fundamento objetivo es la Revelación de Dios,
transmitida a través de la Escritura y la Tradición, mediante la asistencia del
Espíritu Santo, que sigue siempre actuando en la Iglesia, la reflexión humana
sobre datos de la fe no se ha desarrollado nunca separada de un contexto
histórico y sociocultural a través de los siglos, hasta nuestros días. El
pensamiento teológico, por lo tanto, experimenta un desarrollo, una evolución.
Los diversos modos en los que los pensadores cristianos han dado
expresión a su fe han estado siempre condicionados también por los influjos
contingentes de la historia humana. Al mismo tiempo, no carecemos de puntos de
referencia, como la Escritura, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia.
Existe una relación recíproca muy compleja entre estos tres puntos de
referencia, sobre todo respecto a la interpretación de la Escritura. Esta
relación fue precisada por la constitución «Dei Verbum», del Concilio Vaticano
II, sobre la que habló monseñor William Levada en la apertura del actual año
académico.
La nueva disciplina de Historia de la Teología trata de
recabar, seguir y describir el desarrollo histórico del pensamiento teológico,
teniendo en cuenta tanto la base objetiva como los factores de contingencia
humana. Esta investigación debería contribuir a una más precisa comprensión de
las grandes cuestiones y desafíos en el campo teológico actual.
Con todas las exigencias que supone la educación académica en el siglo XXI,
tratamos también nosotros, en la medida de lo posible, de ofrecer la educación
teológica en un contexto más amplio de vida espiritual. Este es nuestro ideal de
integración de los diferentes aspectos de la existencia humana, fundado en una
larga tradición monástica.
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